domingo, 30 de diciembre de 2007

Al agua...mas aún

Jueves 9-12-04

Al agua...mas aún

Ya con el permiso militar, con la resaca, y con un cabreo de cojones, volvemos a la estancia, una hora y media de viaje. Si, pero para eso hay que cruzar el rio.

Esta muy bajo, y la balsa se atasca. Los chavales, benditos ellos, dicen que hay que bajar el coche, y que como no es ondo, con la doble traccion sale sin problemas del rio.

Si, el coche baja, toca la arena, y a las primeras vueltas que dan las ruedas, se hunde en la arena hasta tocar con el chasis. Uh, que momento, menos mal que mis ayudantes se bajan inmediatamente y sin perder tiempo se ponen a.......lavar el coche con el agua del rio. Yo me bajo, los miro, y entiendo porque este pais no sale adelante, manga de gilipollas. Ataite se va al pueblo en la bici de un chaval a pedir auxilio, y vuelve con una camioneta de uno del pueblo, que apenas hunde mas el coche en el rio al tirar de el con mi sobrexplotada cuerda y ahora al abrir la puerta se llena de agua el suelo. Yo que me habia vestido “De Domingo” para ir a la ciudad, ahora tengo el agua por las rodillas. Se van otra vez a buscar el tractor de la estancia en la que vivo, que lleva atrapado en el barro desde el lunes, y ahora que no ha llovido a lo mejor sale. Si, salio, solo tardo tres horas. En ese tiempo, ya bañandonos resignados, y tratando de sacar toda la arena posible de debajo del coche recibimos la inesperada ayuda de los soldados brasileros, que se tiran al agua con nosotros. Tienen un tractor, solo que para ir a buscarlo necesitan el Jeep, que no tiene bateria hace un mes. Se llevan la bateria de mi coche en la balsa y yo les alcanzo a nado. Nunca pense que iba a atravesar una frontera nadando, sin documentos y en calzoncillos, pero se ve que todo puede pasar. Del otro lado, los soldados espantan a las gallinas que viven en el Jeep, colocan la bateria y salen a buscar ayuda.

Llega nuestro tractor, no lo puedo creer pero si, saca el coche de en medio del rio, yo que ya pensaba que se iba a quedar ahí como curiosidad turistica. Eso si, ahora no tengo bateria, y los generosos soldados brasileros, cuya ayuda no fue tan desinteresada, al ver que ya no necesitamos el tractor, aprovechan tener en marcha el Jeep para ir a traer madera para cocinar, que se ve que llevaban una semana a base de ensaladas desde que se les termino la leña. Eso añade una hora mas a la espera, de forma que para cuando ya llegamos a la estancia, han pasado cinco horas desde que subimos a la balsa. El resto del dia, contemplativo.

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